Amon Amarth pueden repetirse, disco a disco, más que el ajo. Puede que sus temas, cuando conoces el material de entes como Bathory, Immortal, Manowar, Enslaved, Dark Tranquillity, Arch Enemy o In Flames, no te parezcan la cúspide de la innovación. Pero lo que nadie les quita a Amon Amarth es el arrojo vikingo con el que se hacen sentir.